SU—MISIÓN

¿Conoces a ese ser, tan querido y soñado, que se hace llamar libertad? Se dice por ahí, que de alguna manera u otra, sí existe. Tiene miles de rostros, sonidos y texturas. ¿Será posible encontrarlo? ¿En medio de toda la maquinaria, llena de millones de engranajes tan imprescindibles como prescindibles?

La vida comienza, y de a poco transitamos la inocencia —ese estado preciado—, hasta llegar al silencioso sebo del conformismo. El río del reconocimiento propio se llena de elementos indeseados, alterando su caudal a conveniencia de otros. Y hoy, con el último vestigio de cordura nos preguntamos ¿es Su-misión o sumisión?

“Mañana el despertador sonará a las 6:30 a. m., y veinte minutos de sueño nos harán mejores soldados a su servicio”. —Ana Pérez Cañamares.