Pueblito Paisa: el corazón que
guarda la esencia de Medellín
En lo alto del Cerro Nutibara, entre el verde de las montañas y el aire fresco que arropa a Medellín, hay un lugar donde la historia, la tradición y el alma paisa se encuentran: el Pueblito Paisa.
Este rincón no solo es uno de los sitios más queridos por los medellinenses y sus visitantes, también es un viaje en el tiempo, un homenaje vivo a la cultura que ha hecho florecer a la ciudad por más de tres siglos.
En el marco de la celebración de los 350 años de Medellín, este ícono cultural abre sus puertas a una nueva muestra fotográfica: “Pueblito Paisa, el corazón de la antioqueñidad en Medellín”, una exposición que revive los orígenes de este lugar y nos invita a recorrer su historia a través de imágenes, recortes y relatos que guardan la memoria de una ciudad que nunca deja de transformarse.
Entrar al Pueblito Paisa es caminar por calles empedradas que cuentan historias, es mirar balcones de colores que han visto pasar generaciones y sentir el aroma del café recién hecho que sale de las fondas y cocinas típicas. Es detenerse en su plaza y ver cómo, desde allí, Medellín se extiende como una flor abierta entre montañas.
Esta muestra, instalada en la casa cural y con entrada gratuita, fue impulsada por la Corporación Parque Arví, que hoy acompaña la gestión del Distrito Cerro Nutibara. En ella se puede conocer cómo nació este símbolo de ciudad: todo comenzó en 1969, con una exhibición llamada Pueblito en Flor, que se presentó en la Fábrica de Licores de Antioquia. Ese primer intento de representar un pueblo antioqueño con flores fue la semilla de lo que hoy conocemos como el Pueblito Paisa.
Años más tarde, en 1975, mientras Medellín celebraba su tricentenario, surgió la idea de construir un pueblo real en la cima del cerro, como homenaje a la cultura paisa y a la historia que dio vida a la ciudad. Gracias al trabajo de muchas manos, entre ellas la del arquitecto Julián Sierra Mejía y la de gestores como Helena Baraya de Ospina, Rafael Vásquez y Marylú Nicholls, en 1978 el sueño se hizo realidad.
Hoy, más de cuatro décadas después, el Pueblito Paisa sigue siendo un punto de encuentro para locales y visitantes que quieren conocer lo más auténtico de Medellín. Aquí, la tradición se mezcla con el presente, los sabores se disfrutan con calma y las sonrisas se comparten con orgullo.
Desde su mirador, la ciudad se ve inmensa, viva, florecida. Y es imposible no sentir gratitud al pensar que, después de 350 años, Medellín sigue creciendo con el mismo espíritu que dio vida a este lugar: el de una ciudad que no olvida sus raíces, que celebra su cultura y que invita a todos a ser parte de su historia.
Porque si hay un lugar donde Medellín se siente, se huele y se vive en cada detalle… ese lugar es el Pueblito Paisa.
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